domingo, 10 de mayo de 2015

Manaos... Dale, seguí cargando

Entre los "kioskos" que tengo escribo notas para una revista de marketing y publicidad. Intento, generalmente en vano, hacer algo que me interese, que yo leería. Casi nunca lo logro. Pero a esta nota podría señalarla como una excepción (aunque en rigor, nunca leo lo que escribo una vez que la "lancé"). Además la propuse yo, no me la encargaron, con lo que para mí tiene otro plus. La comparto.
 

El caso Manaos

Vengar al consumo irónico



Desde el lanzamiento de su campaña de TV y radio, RefresNow S.A., la empresa que produce y comercializa la gaseosa Manaos ha tenido un aumento del 11% de sus ventas, es conocida en todo el país y ha extendido su área de distribución, que antes se limitaba al sur y el oeste del conurbano y algunas provincias lindantes.
Ahora sí, sigámonos riendo de la publicidad más “trazo grueso” (“tan burdo que impacta” fueron en su momento las palabras del reconocido publicista Omar Bello) que se ha dado en los últimos años en la Argentina.
La campaña comenzó en el verano 2013/2014. Una apuesta jugada, pues la temporada estival constituye el momento en que las gaseosas y cervezas líderes hacen lo propio, con spots que en los últimos tiempos juegan a la complicidad y al guiño irónico con el posible consumidor. Manaos fue distinto: ella misma, la compaña, es fuente no señalamiento del guiño irónico. Sea como fuere, desde el primer momento llamó la atención. No era para menos. Aquella publicidad reunió a un grupo imposible, en todo sentido, de juntarse espontáneamente: Rodolfo Ranni, Adolfo Cambiaso, Martín Palermo y Juan María Traverso (“Gente reconocida de diferentes ámbitos, porque es bueno mezclar un poco”, justificó Walter Canido, integrante de la familia que dirige la empresa).  Al aire libre, juntos, felices y vociferando el popular lema de la publicidad: "¡Vamos Manaos!, bajo el slogan: "Tomá lo mejor de tu país". Prologaban cada “Vamos Manaos” unos curiosos parlamentos, simples y no muy bien actuados. Un discurso nacionalista demodé, pero efectivo si se analiza los resultados.
Pero Manaos no se detuvo. Luego tuvo un spot “refuerzo” en el Mundial, lo que produjo un leve cambio en el eslogan, que muto a: “¡Dale Argentina, vamos Manaos! Y cuando todos pensaban que bueno, ya lograron lo que querían (además de los números y hacerse conocida en todo el país, Manaos se convirtió en un fenómeno en las redes sociales, y aunque la burla dominara el tono de la viralización, seguramente será la publicidad más comentada del año), en octubre se lanza un nuevo spot. Esta vez, a lo popular se apeló desde la clásica rivalidad Boca-River, con un envío “actuado” por Enzo Francescoli y Martín Palermo, con parlamentos que incluyen lugares comunes como "Piel de gallina", "La banda" y "La mitad más uno"  El eslogan ahora mutó a: "Ayer nos unió el Mundial. Hoy nos une Manaos".
Detrás de estos millonarios spots (que se replican en radio) está la Agencia Password, comandada por Joaquín Jordán, quien tiene las ideas muy claras. "Nos sentimos muy orgullosos de nuestro trabajo y del producto. A veces la gente subestima el potencial de sus empresas, piensan que como algo es nacional no puede ser bueno. Por eso nosotros hacemos foco en la idea de tomar lo mejor del país, porque Argentina es un gran país", ha manifestado en referencia a la campaña.
Pero volvamos a RefreshNow. Esta empresa nació en 2004 bajo la impronta de la familia Canido, que había sido distribuidora de Coca Cola en el oeste del Gran Buenos Aires. Actualmente tienen una renovada planta embotelladora en Virrey del Pino, La Matanza (y está proyectada otra en Tucumán), donde produce no sólo la mentada bebida gaseosa en sus distintas versiones (cola, naranja, lima-limón, manzana, pomelo y pomelo rosado), sino también sodas, agua Villamanaos, aguas saborizadas y tónicas Placer, el fernet con cola F-Nandito VII., así como su segunda marca de gaseosas, La Bichy Ahora. Con una producción diaria 2,7 millones de botellas, la planta se sitúa como una de las más grandes y modernas de América latina.
Si se analiza, la pretensión hacia lo popular no sólo se cobija en los spots. Ya desde los nombres de los productos se percibe la impronta. Tal vez el mejor ejemplo es La bichy ahora. Así lo explicaron desde la compañía: "Teníamos la distribución de la gaseosa Beach (playa en inglés), pero en los almacenes y los supermercados chinos nos la pedían con el nombre de la Bichy. Así se convirtió en una marca que se terminó imponiendo por sí sola". Otro rasgo distintivo de La Bichy Ahora es que es diet pero no se lo promociona. Sucede que hay que abaratar costos y el azúcar es un insumo caro, por lo que no se la incluye en la fórmula. En tanto que no se dice que es diet porque este dato carece de gancho (y hasta es negativo) para la base de la pirámide (personas de bajos recursos) a la que apunta La Bichy Ahora. 
El escenario al que se tiene que enfrentar Manaos no es sencillo. Porque, si bien, como refiere un estudio de la consultora internacional Euromonitor, nuestro país encabeza el ranking mundial de consumo de gaseosas per cápita, con un promedio de 131 litros anuales por persona, también es cierto que hay una gran concentración de la oferta en Coca Cola y Pepsi. La manera que encontraron las segundas marcas argentinas de ingresar aunque sea incipientemente en el mercado es metiendo cuña federal. Ya se mencionó la presencia bonaerense de Manaos (ahora con pretención de extenderse), pero también puede citarse el caso de Pritty en Córdoba, Marinaro en las provincias del norte y Tubito en el Litoral. 
Pero a diferencia de sus similares en el resto del territorio nacional, Manaos hizo una apuesta fuerte y se popularizó. Quién sabe, tal vez busquen una patriada, como la que hizo Inka Cola en Perú, que desde su nacimiento en los 30 lidera del consumo de gaseosas por sobre Coca Cola en aquel país. Tanto que 1999 al gigante de Atlanta no le quedó otra que adquirir, por 300 millones de dólares, el 49% de las acciones de la Inca Cola.

¡Vamos Manaos!