Con
la música me pasa algo que noté no es tan infrecuente en otras personas: forma
parte de mi pasado. Lo que quiero decir,
en realidad, es que me quedé sin el anhelo de descubrir nueva música, algo que
en alguna parte de mi vida (entre los 16 y los 30, arriesgo) fue una costumbre
y un gozo. El fin de esta etapa coincidió con el inicio de la música
electrónica y la baja en las acciones de aquello de las tribus rockeras,
Cromañón mediante.
La
cosa es que mi manera de escuchar música no se renueva, siempre es lo mismo,
con leves variantes, que tienen que ver con lo que ciertos amigos me hacen a
escuchar. Entonces, con suerte puedo reconocer alguna canción de Belle and Sebastian
o Artic Monkeys; y de acá a Bochatón, Flopa-Manza-Minimal, Pez, El Mató…, Go
Neko, Guauchos, Los Campos Magnéticos, Onda Vaga y alguno más.
No
obstante, lo nuevo para mí ahora es
principalmente lo “extra amigos” que pautan en los Cuarenta Principales,
canciones pop tipo las del pibe Bieber, algo pop o rock pegadizo, o de música
tropical, por decirlo de alguna manera.
Esto
no me pasa con otras cuestiones de la vida, como en lo referente a la política,
el cine o la literatura, “áreas” en las que estoy a tono -eso creo-, con lo que
pasa, con lo que sale, con las críticas y tendencias; algo que a su vez me hace
hurgar en el pasado y descubrir autores como Walser o Di Benedetto, tal cual
como descubría en su momento bandas como Dead Kennedys.
Otra
cosa. ¿Cómo se genera el gusto por la música? Para mí es una incógnita. Pero
hay dos variantes seguras: una, cuando esta es “pegadiza”, tipo alguna parte de
alguna pieza de Mozart o algún hit de los Auténticos decadentes. Otra, y está
comprobado, se lo escuché decir una vez al Ruso Verea, por la repetición y
rotación constante de la música en los medios (hablaba antes de los Cuarenta
Principales).
Habiendo
hecho estas aclaraciones y admitiendo que no sé ni lo que es un solfeo, me
dispongo a comentar el segundo disco de Evil Cannibal, la banda de un amigo (para
escucharlo gratis: https://evilcannibal.bandcamp.com/album/drive-your-mind , abonando $0 en buy).
En
general uno escucha un disco y luego ve la banda; si la ve. En mi caso esta vez
fue al revés. Concurrí a varios recitales, en los que paulatinamente
presentaron las siete canciones que conforman Drive Your Mind, alternándolas
con el anterior y primer disco de la banda, Constelación Entropía.
Este
proceso inverso hizo que me costara digerir el álbum (no tenía la posibilidad
de repetición ni eran versiones “cuidadas” de estudio), lo que creo no es bueno
ni malo; en todo caso, mejor ir catando de a poco.
Siendo
una banda under, casi de garaje (no sólo por presupuesto, también en parte por
su sonido libre y vibrante). Y ahí creo que para mí también fueron tomando
forma las canciones (los espectadores como conejillos de india, como el mono
que se mencionará más adelante), para conformar en su conjunto una obra no digo
conceptual como el álbum 12 patologías de Massacre, pero algo concatenado de
sentido, que se puede y conviene escuchar de corrido, según el orden propuesto
no azarosamente por sus hacedores.
Otro
aspecto a tener en cuenta, creo, es la voz en los temas. En los recitales yo le
reclamaba a Fernando que a su vez le reclamara al sonidista que le diera más
entidad a su voz, que a veces quedaba como un murmullo gritón (valga el
oxímoron) dentro de las canciones. Más allá de algún ajuste de sonido de
recital a recital, ahora entiendo que era a propósito. La voz en Evil Cannibal
opera como un instrumento, es uno más. Un buen ejemplo de ello es el primer
tema, que da nombre al álbum. En este resuena una frase “Tu mente determina tu
campo de visión, mirar para otro lado nunca es la solución”. No es necesaria
una letra hecha y derecha. Con una frase y algunas palabras más alcanza.
Ciertamente, las letras de Evil no apelan o apuntan a lo poético como en Spinetta
o los Babasónicos; pero tampoco a la arquitectura rítmica como en Cerati. Se
trata más bien de frases que resuenan, lo mismo que la música (“ruidosa” en el
mejor sentido de la palabra), como decía.
A
veces, como en el tema del mono astronauta (flor de temática: el germen del
país que no pudo ser, lo ingenuo del asunto visto en restrospectiva; todo un
concepto verdaderamente vintage –ya que se usa tanto esa palabra y es moda-
ahí), la aceleración rítmica pide pogo, pues machaca a lo punk. El video del
mentado mono mientras suena la canción resulta entonces inmejorable. El es todo
inocencia, mientras los científicos sesentosos se toma en serio un proyecto que
no prosperará.
Fer, cantente y bajista no es un pibe, ronda los 35, pero sus coequipers son
un tanto más jóvenes. En temas confirmo que, teniendo algunos más que el más
longevo de ellos, cuando yo soy hijo de E.T. y Martes 13, ellos lo son de
Tarantino; pero no se quedaron con la obra del ex empleado del videoclub; Tarantino
fue un disparador que seguramente los llevó a reconsiderar a Pappo como un héroe
minimalista del viejo rock; una suerte de Machete. Pero también el ruido y
crudo glamour de los V8 (recomiéndoles a los chicos ver Mad Max de los 80 si no
lo hicieron, cosa que creo poco probable). Pero eso no les impidió mezclarlo
con sonidos más sutiles, aunque siempre resonando, que me parece mejor que
vibrando en el caso de esta banda.
También
el disco se puede escuchar como la banda de sonido de una road movie (de hecho
el último tema homenajea a una de estas). Una carretera a todo motor, llenas de
historias estrafalarias, pulp, y de sensaciones más que de sentidos.
Escapista,
el segundo tema, comienza lento y grave (si la voz es el instrumento de las
sensaciones, el bajo y la batería, esta última a cargo de Andrés, son el alma del sonido en esta banda), pero en vez de
velocidad en cada segundo la canción va tomando armonía. Resulta fundamental en
esa operación la guitarra (a cargo de Gonza y Martín), que parece amigar todo, convirtiéndose en el resabio
lúdico del sonido, sin tomar protagonismo típico de muchas bandas de rock. Eso
permite, a su vez, que el tema suba y baje (en una parte parece que va a
terminar, pero nada que ver). No hay voz en este tema, no era necesario ese
instrumento. Buena elección.
Hablaba
de temáticas conceptuales: escapista nos lleva a Houdini (nuevamente ver comentarios
debajo), diversión popular despreciada por la alta cultura, que se revaloriza y
resignifica esta vez en estado de rock. Cultura de masas, la familia argentina
que comienza a colonizarle la playa a la oligarquía en Mar del Plata.
La
voz se torna más aguda y limpia en Tormenta de mar, donde pese a las
tempestades algo de surf rock descubro, o creo descubrir. Al fin y al cabo, al
igual que en las obras de artes plásticas, uno ve lo que ve, no es lo mismo
necesariamente de lo que el o los autores plantearon.
No
todo es ruido musical ni carretera salvaje en el álbum. Hay matices, como en La
belleza del error, que tiene un comienzo muy prolijo, casi a lo Soda Stereo,
aunque luego la voz (esta vez a cargo de Gonza) nos avisa, casi nos grita, que se trata de Evil Cannibal.
Los
dos últimos temas son instrumentales. Y también desde sus nombres, con tanta identidad
se dice mucho, se ahorran palabras que llevarían a letras innecesarias. El
penúltimo, Kandisky nos recuerda que esa pared de sonidos tiene variantes cuasi
“cromáticas”, que tenemos que discernir. O sea, no es una banda rolinga
cuadrada y chillona; pero lo aparenta desde su visceralidad. Date cuenta o
jodete. El tema, a su vez, nos va adelantando el fin del viaje (el arte de
tapa, a cargo de Nicolás Whelan, también nos habla de todo este desandar).
Llegamos
al corte final. Monte Hellman, en honor a un director de clase B (no por la
calidad sino por la falta de recursos en producción, tal vez, en espejo con la
banda), en cuyo desenfado y su aparente minimalismo (hay mucho detrás de los
acordes, casi tanto como en los silencios del protagonista de la película de
Hellman) resume todo el disco, con lo que podría ser haber sido el primer tema,
ya que en el orden en que están dispuestos todos forman un todo, como se dijo
al principio. Principio, y ahora el final.
A propósito de lo escrito, algunos links para curiosos:
Video banda: https://www.youtube.com/watch?
Mono: https://www.youtube.com/watch?v=fCDijcUBVN8