jueves, 24 de octubre de 2013

Linyeras puertas adentro

Pienso en la mujer que mató a la vecina. Tenía un trastorno psiquiátrico evidente. Hacinamiento, convivencia con 15 animales, mugre, paranoia por la seguridad (1) invitan a no romperse la cabeza para adivinar alguna patología.

Pienso en la ventaja de conocer de primera mano el testimonio de su hermana y del hijo de la asesinada. Escucharlos genera placer morboso inmediato. Pienso si esto ha generado una suerte de pérdida de paciencia para disfrutar una novela policial.
El caso de la hermana me llama más la atención. No la condeno por haber cobrado por entrar a la casa del espanto con cámaras. Hasta me parece valiente. Lo que me cuesta es, cuando me traslado imaginariamente a la escena, verla junto a esa cámara que la graba, y a la cronista/movilera que redunda la situación, describe, con voz quejosa lo que vemos y oímos. Sin dudas, Ruth, así se llama la hermana trata de darle naturalidad a su emoción, la que por su condición de tal debería ser natural. En ese mecanismo de ver a alguien hacer natural algo que en una parte es natural y en otra es una actuación, me siento incómodo, me da verguenza ajena. Ahí le veo un resquicio al disfrute de la novela negra. La palabra literaria es capaz de atraparnos en esas vilezas, en esas bajezas, independientemente de la identificación concreta que proponen los medios audiovisuales. En esa distancia, la reflexión, y menos morbo, menos morbo directo mejor dicho, porque también hay morbo.
Vuelvo. Pienso en el amparo (2) que tenía la asesina. Y que muchos los linyeras que vemos en la calle no lo tuvieron o no les alcanzó.



Notas:
1. La mujer tenía las rejas de la casa electrificada ¿Una de las tantas consecuencias, con distintos grados, de la insistencia mediática con el tema? A su vez, habría que preguntarse sobre el concepto inseguridad, que tiende pensarse desde la delincuencia, y creo que debería especificarse cuando es en ese sentido. Sino, dentro de inseguridad también cabe: morir por un accidente, ser hackeado por empresas que luego te ofrecen productos, quedarse sin señal de celular.
2. Económico, evidentemente tenía alguna pensión o renta, pues sino no podría haber subsistido tantos años, cuidado a la madre (aunque, por cierto, estaba casi desnutrida). Social no tenía: estaba peleada con todos sus vecinos y los mecanismos jurídicos (se habla de 13 denuncias) no la alcanzaron en tiempo y forma. Apenas fue consultada o sugerida por algún policía: me imagino al cabo diciéndole: -Señora, los vecinos se quejan, dicen que tira tiros al aire. Inocencia absurda en estado puro. El otro abordaje social fue el de un programa de cable barrial, que se acercó con una cámara (de ahí se sacó la imagen con la que los medios la pusieron como "buscada") para obtener su vehemente testimonio justificando su violencia. Vuelvo al amparo de la justicia. Supongamos que esta hubiera llegado a intervenir en su vida antes del asesinato. Me la imagino en alguna institución, sedada, anulada (ahora, ¿amparo sanitario?). Lo mismo, con rejas, supongo le sucederá en el futuro, en la realidad.